El barco «Amerigo Vespucci» arriba en España.

Nos visita estos días el «Amerigo Vespucci», el barco más bello del mundo.

Ahora que el estío va llegando a su ocaso, recibimos la visita de toda una institución de la navegación mundial. Es el puerto gaditano el encargado de recibir estos días al navío italiano «Amerigo Vespucci». Considerado como el barco más bello del mundo.

El «Amerigo Vespucci» está considerado como el buque insignia de la Marina Militar italiana. En la actualidad, cumple las funciones de buque escuela. Es el análogo a nuestro Juan Sebastián Elcano. 

Construido en 1930, está a la vanguardia de las últimas tecnologías en navegación. Fue diseñado por el teniente coronel Francesco Rotundi. El propósito inicial del «Amerigo Vespucci» fue como barco de compañía. La función principal era acompañar al velero Cristóbal Colón en las labores de adiestramiento durante la II Guerra Mundial. Durante la contienda, éste último cayó en aguas soviéticas. Pero el «Amerigo Vespucci» salió ileso. Fue botado el 15 de octubre de 1931 en el puerto de Génova.

Su tripulación está compuesta por 16 oficiales y 70 suboficiales. Y por supuesto, la parte más numerosa de la tripulación la componen los más de 200 personas entre marineros y alumnos. Con 87 años a sus espaldas y una eslora de 101 metros, podemos contemplar estos días su magnífico velamen en el muelle Reina Sofía del puerto de Cádiz.

Antiguo y moderno al mismo tiempo.

A pesar de su longeva edad, sigue siendo y utilizando las últimas tecnologías. Es una embarcación de tres mástiles (trinquete, mayor y mesana), y casco de acero. Puede alcanzar una velocidad de 10 nudos. En total, el «Amerigo Vespucci» posee 26 velas de lona. Su casco está pintado todo en negro con dos franjas blancas sin ningún arma.

A pesar de estar destinado a ser buque escuela de la Marina Militar italiana, no se considera una nave de guerra. La cubierta está construida entera en madera de teca de Birmania. Los laboriosos cadetes son los encargados de pulirla diariamente con sosa cáustica. Tanto en la proa como en la popa hay adornos con figuras del navegante y cartógrafo Américo Vespucio, a quién debe su nombre. 

Los cruceros de instrucción a borde de este velero suelen durar una media de 100 días. Ahora, para deleite de oriundos y visitantes, podemos contemplarlo y visitar su interior en paseos organizados. Desde que atracó el pasado lunes en Cádiz ya han pasado por su interior cerca de 30.000 personas.

Elegancia italiana.

No en vano, ostenta el título de «el barco más bello del mundo». Y es que, es obvio que razones estéticas no le faltan. Al elaborado aspecto externo, se suma el esmerado trato de la tripulación. La consabida elegancia italiana alcanza su esplendor al subir el visitante a bordo. 

Aunque las colas para acceder a su interior son extensas, merece la pena hacer la espera. La visita estrella para acceder al «Amerigo Vespucci» es la visita de noche. Con todo el barco iluminado, la experiencia cobra otra dimensión mayor. La expectación por este barco italiano se respiraba en el ambiente desde su llegada a primera hora de la mañana. Cientos de gaditanos le estaban esperando al grito de «Benvenuti, Benvenuti».

Todo brilla en esta carismática fragata. Pero la gran joya entre todas sus dependencias es la sala Concilio. Aquí, el capitán despacha a las autoridades y se firman los acuerdos diplomáticos que le son encomendados. 

Desde Cádiz, partirá rumbo a las costas valencianas. Serán su siguiente destino. Mientras tanto, como en todo buque escuela, los cadetes cursan estudios técnicos sobre marinería y aprenden la abnegada vida a bordo. 

Pero, aunque la jornada comienza muy temprano, como territorio italiano que es, el «Amerigo Vespucci» huele a pasta. Para sentirse como en casa, durante la navegación, todas las madrugadas, los cocineros sirven pizza recién hecha a los cadetes de guardia.

Il «Motto».

El lema que lleva a gala es: «Non chi comincia ma quel che persevera». (No es quién empieza, sino quién perservera). 

Y sin duda, con sus 87 años de servicio, este barco sabe de perseverancia. Hoy es la unidad más antigua de la Marina Militar de Italia en el Mediterráneo. Sin duda, ocho décadas y media perseverando, combatiendo y sobre todo, sirviendo de academia a cadetes procedentes de diversos puntos del planeta. La mayoría son italianos, pero también hay cadetes tunecinos, ucranianos, polacos o incluso de Kuwait.

Por cierto, una queja generalizada de todos ellos es la escasa presencia de mujeres entre la tripulación. Y es que, las féminas representan sólo un 10% del total. Sin duda, algo que resolver en un futuro. Quizás en su propio lema, encuentren pistas para resolver y aumentar la presencia de mujeres en la marina italiana.

Para los amantes de la fotografía y la caza de instantáneas históricas, recomendamos encarecidamente, estén atentos a cuando el barco zarpe rumbo a Valencia. 

Sin duda, ver desplegados los 2.600 metros cuadrados de sus velas será algo digno de atrapar en una instantánea.

El capitán del barco, Curzio Pacifici, explicaba a la prensa como se necesitan más de 100 personas para poder izarlas por completo.

Buque escuela ambulante.

Dentro de la campaña de instrucción 2017, el buque escuela «Amerigo Vespucci» salió del arsenal militar italiano de «La Spezia», el pasado 19 de abril. Desde allí, han llevado la excelencia de Italia y el prestigio de las Fuerzas Armadas hasta Canadá, Perú, Australia, Brasil, entre otros.

También ha participado recientemente en la regata internacional «Hamilton», en las Islas Bermudas. Actividades todas, dentro del programa de formación naval de los cadetes de la escuela naval.

Entre 2014 y 2016, ha sido sometido a una modernización profunda. Se han mejorado sus capacidades operativas de a bordo. También se ha procedido a una aceduación de los aspectos logísticos a los estándares modernos. Otro cambio importante ha sido la sustitución del aparato de propulsión y el generador de energía eléctrica por otros más avanzados. Sin duda, una importante campaña de rejuvenecimiento llevada a cabo íntegramente en la Escuela Naval de Livorno. 

En resumen, una auténtica embajada de Italia que viaja por todo el mundo y que hoy se encuentra en España. Para todos aquellos que puedan acercarse a visitarla, rogamos no os perdáis esta experiencia. 87 años de historia que ahora podemos contemplar por unos días en nuestras costas gaditanas. Existen múltiples formas de contemplar un barco. Pero, entre los mamotretos de los ingentes cruceros y los grandes barcos de guerra, consideramos que hay un término medio. La elegancia del «Amerigo Vespucci» sea posiblemente este término medio. Un barco de vela a motor que conserva imtacto todo el encanto y la elegancia de los barcos del siglo XVIII. Verlo surcar los mares es propio de reflexionar sobre la sostenibilidad en los transportes y el medio ambiente. Entre otras reflexiones.