Curiosidades sobre «El Moisés»

El Moisés de Miguel Ángel es una escultura de mármol que el artista realizó alrededor de 1513. Por alguna razón, el escultor volvió a modificarla nuevamente en 1542. Mide 2,35 metros de altura y se conserva en la basílica de San Pietro in Vincoli, en Roma. Se incluye dentro del complejo estatuario concebido como tumba para el papa Julio II. (En realidad, el pontífice acabó siendo enterrado en San Pedro).

La majestuosa estatua del Moisés de Miguel Ángel que vemos hoy en día, aparece sentado, en ademán de levantarse. El pie derecho colocado en el suelo, la punta del pie izquierdo descansando sobre la base. En su mano derecha sostiene las tablas de la Ley mientras que, el brazo izquierdo descansa en su regazo. La cabeza barbuda se gira hacia la izquierda.

el Moisés de Miguel Ángel, vista general

La postura

A pesar de no haber ningún movimiento, la postura transmite una sensación de solemnidad y de energía sobrehumana. Todo eso gracias a la tensión de los músculos que nos recuerda otras obras. Por ejemplo, la estatua de San Juan de Donatello o el profeta Isaías de Raphael.

La escultura capta al viejo profeta en el momento en que vuelve la cara ceñuda y airada a causa de la infidelidad del pueblo israelita hacia Dios. Es por esto que, para la realización de la obra, Miguel Ángel se inspiró en el pasaje bíblico del profeta Moisés, que portando las tablas de la ley en sus brazos, comprobó atónito al bajar del Monte Sinaí como su pueblo había abandonado el culto a Jahvé y se había entregado a la adoración del becerro de oro. El escultor, no sólo intenta captar este episodio de la vida de Moisés, sino que pone toda la génesis de su indignación en el cautiverio egipcio y el recorrido hacia Palestina, la tierra prometida. Moisés nunca llegará a ver la tierra prometida por Jahvé, pero conducirá a su pueblo del cautiverio hasta la liberación.

La escultura debía representar la entrada a la tumba del papa y está flanqueada por otras dos estatuas: la Vida Contemplativa y la Vida Activa.

CURIOSIDADES:

1. En diciembre de 2003 finalizó una restauración de cinco años dirigida por Antonio Forcellino. Las obras, además del pulido del mármol, hicieron posible reabrir el luneto detrás del grupo escultórico del que procedía la luz que iluminaba la estatua y que había sido cubierto en 1704 por una vidriera.

Dicha restauración sugirió la formulación de una nueva e interesante hipótesis: en la primera versión del Moisés de Miguel Ángel, la figura fue tallada con la cara frontal y las rodillas paralelas.

El Moisés de Miguel Ángel detalle de las piernas

Durante el proceso de restauración, otros indicios apuntaron a esta tesis. Un ejemplo: la banda que sigue siendo visible en la parte posterior de la estatua y que ha desaparecido en la parte frontal.

El cambio del escultor

Las modificaciones de la estatua fueron probablemente debidas a un cambio del propio escultor. Con la edad Miguel Ángel tendió a favorecer los efectos dinámicos más que los detalles. Pero, para ello, tuvo que rehacer gran parte de la estatua.

Pero, ¿cómo se las arregló Miguel Ángel para girar la cabeza y la pierna del Moisés? ¡Fácil (para un genio como él)! Para cambiar las piernas, que en un principio estaban emparejadas, remodeló unos seis centímetros la rodilla izquierda para llevar la pierna hacia atrás y recurrió al drapeado del manto para disimular la diferencia de tamaño entre las dos rodillas.

El Moisés de Miguel Ángel: detalles

Miguel Ángel giró también cabeza y barba hacia la izquierda por falta de mármol. La nariz del profeta fue sacada de su mejilla izquierda.

2. Uno de los detalles que más llaman la atención del espectador, además del considerable tamaño de la estatua (235 cm.), es la barba de Moisés, realizada con un virtuosismo técnico poco común, por lo que Vasari la describió como más «obra de pincel que de cincel «.

3. Los pequeños cuernos en la cabeza de Moisés son otro detalle curioso: representan en forma estilizada los rayos de luz que Moisés, al regresar de Monte Sinaí, emanaba de la frente por haberse acercado a la presencia de Dios.

Según algunos, la forma se debió a un error en la traducción del libro del Éxodo (34:29), confundiendo la palabra judía karnaim (rayos) con la palabra keren (cuernos).

Un homenaje al Moisés de Miguel Ángel

En 2004, los trabajos de restauración mencionados anteriormente, inspiraron al nonagenario regidor Michelangelo Antonioni (1912-2007), su penúltimo e introspectivo cortometraje “La mirada de Miguel Ángel”.

Lo sguardo di Michelangelo (Michelangelo Antonioni, 2004)

LA HISTORIA

Pasamos ahora a la atormentada génesis del monumental Moisés de Miguel Ángel.

La construcción del complejo funerario de Julio II se prolongó durante casi cuarenta años. Se finalizó en 1542, cuando el papa comitente ya estaba muerto. El mismo escultor la definió como «la tragedia de la sepultura», debido a los tormentosos acontecimientos y constantes cambios a la que fue sometido el proyecto inicial.

Los comienzos

Cuando en 1505 el papa Julio II encargó a Miguel Ángel diseñar su monumento funerario, el artista aceptó con entusiasmo.

Dibujó un magnífico mausoleo construido en tres niveles. Lo enriqueció con un grupo escultórico de cuarenta estatuas y varios relieves de bronce. Entre las estatuas que iban a formar parte del complejo, estaban las de Moisés y San Pablo. Representarían, respectivamente, el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Papa, entusiasmado, ordenó a Miguel Ángel llevar a cabo dicha obra: el escultor canceló todos los compromisos adquiridos hasta el momento. Acto seguido, partió a Carrara para elegir personalmente los mármoles necesarios para la construcción del complejo.

A medida que pasaba el tiempo, Julio II perdió interés en el mausoleo. Estaba centrado ya en otro gran proyecto: el del arquitecto Bramante para construir una nueva basílica de San Pedro. Miguel Ángel, profundamente ofendido, dejó Roma y se fue a Florencia.

Después de dos años regresó para reanudar su trabajo. Pero el Papa le ordenó que se dedicase a los frescos de la Capilla Sixtina. Para el florentino representó el definitivo fracaso del proyecto.

El final

Cuando Julio II murió, los herederos pretendieron que Miguel Ángel llevase a cabo el proyecto de acuerdo con los compromisos contraídos (y pagados).

Después de una larga serie de propuestas durante las cuales Miguel Ángel ya había realizado el Moisés y otras estatuas (las dos Esclavos que podemos admirar hoy en el Louvre y otros cuatro Esclavos sin terminar), se llegó a la última y definitiva propuesta del monumento que data de 1542 y que está reducida significativamente en comparación con las primeras versiones, pero, en cualquier caso, maravillosa.

Más información:

Wikipedia Moisés

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